Sin rumbo

Tal vez los hinchas del Depo seamos muy exigentes para con el equipo y su mística. O mejor dicho para con la forma en que el Depo debe jugar los partidos.
Si, todos somos un poco técnicos y amantes del "jogo bonito", pero en ciertas situaciones, o mejor dicho, en ciertas competiciones tal vez hay que pensar un poco mas en el resultado que en el juego.
Se estaría de esa manera abandonando la historia azul? O, simplemente, se estaría adaptando esa historia a las necesidades y actualidades de un fútbol cada vez menos vistoso y mas resultadista?...
La cuestión es que si no se establecen las prioridades, poco hay para opinar.
Así que, simplemente, haremos una breve descripción de lo que paso el domingo en el Garré.
Empezó bien el Depo. Buscando el partido, tratando de encerrar a un visitante que venía con el "agrande" de haber ganado por goleada. Y asi, empezo a delinearse un partido que prometia ser interesante.
Pero, la realidad nos golpeo rápido.
A los 9 minutos, enseguida nomas que la visita tuviera una baja por lesión de su numero 9, el suplente Martín aprovecha un quedo defensivo, remata al arco, Barbieri que no puede controlar, la pelota pega en el palo y el peligroso Tempesti clava el 0-1.
Baldazo helado en la tribuna azul.
Y a empezar todo de nuevo.
Sioma que empieza a afianzarse en el equipo, Bernard que intenta con su habilidad, y el Depo que quiere lograr el pronto empate.
Pero en la mitad de la cancha seguía ganando 11 Tigres.
El 5, Mantegna, y el 10, Ascaini, eran los que ordenaban a la visita y los que mandaban.
Asi a los 17' llega el tiro de gracia.
Tiro libre que toma Mantegna, mal rechazo de Leandro Galeano y Callegaro que andaba por el vecindario pone el 0-2.
La historia que sigue es la de siempre.
Un Deportivo que no se termina de ordenar y que empieza a buscar en forma desordenada levantar un resultado adverso.
Y entre ataques que no terminaban de concretarse y la buena actuación del arquero visitante, se fue diluyendo la posibilidad de mejorar el presente.
Los cambios tampoco ayudaron y asi se fue el partido, con el festejo de los nuevejulienses y la desazón de los locales.
Solo quedo la esperanza de un delantero que puede dar algo mas (Gimenez), un jugador que mantiene intacta su habilidad (Bernard) y la confianza que pueda ir agarrando Sioma, que termino siendo una de las figuras azules.
El domingo que viene, otra vez en el Garre, esta vez frente al otro colista, Libertad.
Como para mantener el sueño intacto y buscar esa clasificación que se viene negando.